¿Cuantas veces has tocado el rostro la muerte
y cuantas veces el diablo ha pasado la factura...?
¿Pero no es acaso en la muerte donde se toca el cielo,
y no es el numero de tus errores lo que define cuanto vales?
... ¡Entonces murámonos!
¡Entonces equivoquemonos!...
Porque después de todo,
sólo así sera posible vivir.
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