— Fue un 31 de octubre,
en el que nuestras miradas se cruzaron
y como un hechizo en días de magia,
surgió el diálogo más limpio,
el más puro…
En el que se dijo todo sin pronunciar una sola palabra. — Carajo, aún lo recuerdo.
Hay hechizos que nunca se olvidan, pero toda magia se desvanece con el tiempo...